Jose Luis es uno de los grandes nombres de la historia de la peluquería española. Desde su firma, Jose Luis Grupo Moda, capitaneó la vanguardia estilística en los años 70 y 80, con dos salones en Barcelona y uno en Ibiza, que más tarde dejó para centrarse en la vertiente más creativa de la profesión.
Jose Luis fue uno de los genios más fascinantes de nuestra historia. Un artista único e irrepetible. Un espíritu creativo inagotable. Un ser humano que era pura luz. Hijo de padre peluquero y madre diseñadora de ropa, fue un creador autodidacta que revolucionó la peluquería creativa española en los años setenta y ochenta, que traspasó fronteras cuando no existían ni internet ni redes sociales, y que nos dejó una maravillosa obra que ha impactado e influido a miles de peluqueros a lo largo de los años.
Jose Luis se fue de la peluquería sin hacer ruido, hace años que dejó su salón a sus colaboradores, y se dedicó a seguir creando, cambiando las tijeras por la pintura, su otra gran pasión. “¿Te quedaron ilusiones pendientes?”, le pregunté una soleada mañana en que lo visité en su apartamento de la Barceloneta. “No. Fueron 50 años muy intensos. Hice todo lo que tenía que hacer. Me entregué completamente. Di lo mejor de mí y recibí mucho. Miro atrás y experimento un gran agradecimiento.”
Jose Luis fue un genio tranquilo, sencillo y feliz, con el que compartimos bonitos momentos, en Barcelona, en Madrid –fue un honor tenerlo como jurado en la 10ª edición de los Premios Fígaro–, o en México, en un maravilloso taller magistral de dibujo organizado por mi añorado maestro Antonio Bellver, junto a Antoni Pons (Ébano), también tristemente fallecido hace muy pocas semanas. Se nos van los más grandes, se nos van los iconos… y no podemos permitirnos dejar de honrarlos, recordarlos y celebrarlos, para toda la vida: no por ellos, sino por nosotros mismos, para no olvidarnos nunca de cuán extraordinaria, cuán bella y cuán grande puede llegar a ser esta profesión. Hasta siempre, Jose Luis.
